Tradición

En el corazón de la apicultura tradicional, mi padre, Mario, se lanzó al ruedo de manera profesional hace casi 30 años. 
No fue un capricho, fue un legado heredado de su abuela, una sabiduría ancestral que ahora corre por mis venas. 
Yo soy Adrián, y desde que tengo memoria, las colmenas han sido mi patio de juegos y mi campo de batalla. Por lo que siempre intento devolver todo lo que he recibido de ellas.

 Juntos, padre e hijo, hemos forjado un gran equipo con nuestras abejas.
No nos limitamos a cuidar de ellas; las veneramos, las entendemos, y en reciprocidad, ellas nos obsequian con su néctar dorado.
Nuestra miel es más que un producto; es una declaración de principios.
 

Ética de pureza 

Extraemos cada gota con nuestras propias manos, en frío, rechazando atajos y facilidades. ¿Por qué? Porque la pureza y la calidad no son negociables. Porque cada cucharada de nuestra miel lleva impresa la historia de un trabajo honesto y meticuloso.
Por que las abejas no saben hacerlo mal y nuestro trabajo es respetar el suyo, aunque eso nos cueste mas esfuerzo. 

Cada producto de Pecorea es un trofeo de nuestra victoria sobre lo ordinario.
No solo por las medallas de oro que nuestras mieles han ganado, sino por el orgullo y la confianza que podemos depositar en ellas al comercializar lo que la naturaleza y nuestro esfuerzo conjunto ha creado.

Sostenibilidad y ecología

No nos detenemos ahí, también compaginamos nuestra actividad con agricultura ecológica certificada. Obteniendo legumbres de gran calidad.

Esto nos permite priorizar la calidad ante la cantidad en todos nuestros productos.

Nuestro compromiso con la sostenibilidad no es una etiqueta; es una promesa de sangre.
 Protegemos nuestra tierra como a nuestra familia, porque de ella nace la esencia de lo que ofrecemos.

La cristalización de la miel muestra su pureza

En un mercado donde la alimentacion a menudo se ve empañada por practicas cuestionables, nosotros nos plantamos firmes. Comercializamos el fruto de nuestro trabajo con la frente alta, orgullosos de cada tarro de miel, de cada garbanzo, lenteja o almendra, sabiendo que son el fruto de una ética intransigente.

Juntos, hemos creado un reino donde cada abeja es una artista y cada gota de miel, una obra maestra. No es solo miel; es el resultado de un pacto sagrado con la naturaleza.

¿Cuántas veces hemos leído: esta miel al ser pura cristaliza, y luego no ha sido así?
Nuestra miel habla por si sola